Alameda de Paula

La Alameda de Paula fue construida en 1777 por orden del Capitán General Felipe de Fondesviela, Marqués de la Torre, quien encargo los servicios de diseño y construcción al reconocido arquitecto de la época Antonio Fernández de Trebejos.
Fue el primer paseo marítimo de la ciudad y en sus inicios fue una calle de tierra en la que se situaron algunos bancos y dos líneas de álamos que delimitaban la calle. Se nombró Paula debido a su proximidad con la iglesia del mismo nombre.
A principios del siglo XIX se pavimentó la avenida, incorporándole una fuente y algunos bancos de piedra. En 1841 se colocaron varias farolas y en 1845 se construyó una pintoresca glorieta que caía sobre el mar.
Hacia mediados del siglo XIX en las inmediaciones del paseo comenzaron a surgir hermosas mansiones que hoy están consideradas dentro de las más selectas en la historia de la arquitectura habanera.
En 1911 fue cercenado el paseo por la construcción de almacenes y muelles de la compañía estadounidense Habana Central.
En la actualidad, aunque muy cambiada, se conservan varios metros de la antigua alameda que ha vuelto a retomar gran parte de su antiguo esplendor.